miércoles, 18 de junio de 2014

CULTURA PUNEÑA

Como toda la cultura andina, Puno es una región altiplánica con una diversidad cultural muy rica y  variada que se manifiesta en las 13 provincias puneñas con fiesta  de arte y cultura, como las fiestas carnavalescas que se practica en todo los pueblos y rincones de puno, las fiestas patronales y costumbristas, sin duda la fiesta más grande y espectacular es la festividad de la Virgen María de la Candelaria, esta manifestación cultural se trata de una manifestación de sincretismo religioso que vincula la fe católica y la religiosidad andina. El festejo a la virgen se asocia al festejo a la pachamama o "madre tierra"

Puno fue calificada por José María Arguedas como "la otra Capital del Perú" y fuera designada por Decreto Ley Nº 24325 como "Capital del Folclore Peruano" el 7 de noviembre de 1985, se recibe este nombre ya que tiene, según el instituto nacional de cultura, más de 350 danzas, canciones, vestidos y máscaras que representan a personajes surgidos de leyendas centenarias que hacen del folclore puneño uno de los más ricos del continente.

Te invito a leer esta información sobre la CULTURA PUNEÑA publicado en el sitio web  http://www.buenastareas.com/ensayos/Cultura-Pune%C3%B1a/6716676.html

En la Época Pre-Incaica, según la historia e investigaciones realizadas, la evidencia arqueológica indica que los seres humanos (El poblador andino Altiplánico) ocuparon la cuenca del Lago Titicaca, aproximadamente hace 5,500 años a.C. en el período lítico; lo afirma la identificación de los asentamientos humanos, sobre todo en sus partes altas como por ejemplo: la existencia de las pinturas parietales y rupestres de Quelcatani, Pizacoma y otros, hoy denominada Región Puno

Más tarde continuo está ocupación en las proximidades del lago durante el período formativo. Pero es mucho más frecuente encontrar evidencia arqueológica perteneciente a la cultura Tiahuanaco, en el área urbana

 Los seres humanos entraron en la cuenca del Titicaca por sus factores ambientales y climáticos que presentaba en aquel entonces, la cuenca era la escena de una de las poblaciones más densas del mundo andino. Aunque, el derrumbamiento del Tiahuanaco supuestamente ha sido asociado a una sequía de largo plazo, la población fue acentuada con la domesticación de plantas y animales indígenas que formaron la base para la economía de subsistencia de los habitantes.

 El esplendor agrícola tiahuanaquense sólo les garantizaba abundancia dentro de la monotonía alimenticia.

 A ello, el colapso de Tiahuanaco debió dar origen a grandes hambrunas en el altiplano. Las necesidades de proveerse desde espacios distintos debieron entonces incrementarse, más sobrevino el expansionismo wari, que pasó a dominar los territorios de las viejas colonias kollas.

 En ese contexto, los Kollas volcaron su atención sobre la Amazonía y otros espacios del sur de los Andes de Arica y Antofagasta, en el norte de Chile; el sur de Bolivia; y el noroeste de Argentina, donde en estos países se dio indicios de la existencia de los asentamientos humanos antiguos y que por cierto no llegó la dominación wari.

 Antes de la cultura Pucará apareció la cultura Qaluyu, hacia 1,000 años a.C., emparentada con Marcavalle de Cusco y conectada con paracas de Ica. Desde esa época comenzó la construcción de grandes edificios en forma de pirámides alargadas y truncas, que luego caracterizarían a pucará. Aproximadamente hacia los años 200 a 300 d.C., Tiahuanaco comenzó a desarrollar su época clásica, coincidiendo con la declinación de pucará; desde entonces, al descomponerse Tiahuanaco entre los siglos XII a XIII, se forman varios reinos independientes: los kollas, con centro en Hatuncolla y Sillustani, los lupacas con centro en Juli y Chuchito; con notables asentamientos como el de Cochacacha y los Pacajes, alrededor de hoy Desaguadero.

 Así Kollas, Lupacas y Pacajes volvieron a establecer verdaderos enclaves poblacionales en los valles costeños y cordilleranos de Arequipa, Moquegua y Tacna, trasladando grupos de colonos mitimaes de las propias etnias a muy diversos espacios.

 La cuenca del Titicaca (la meseta del Collao), fue poblada originariamente por grupos aymaras (kallahuayas, pacajes, lupacas y los uros) y posteriormente por quechuas (kollas, aruwak, ayarisus, tótems, zapanas entre otros), conjuntamente con la denominada umasuyos y orcosuyos. Siendo los uros un pueblo de gran fortaleza física y de raza más antigua del mundo, que habitan sobre las islas artificiales de totora.

 La aparición de los quechuas coincide con la leyenda de Manco Cápac y Mama Ocllo, quienes surgieron de las aguas del Lago Titicaca para fundar el Imperio de los Incas.

 En la Época Incaica, el origen del Imperio de los Incas, está envuelta por una serie de relatos, mitos y leyendas mitológicas, que imposibilitan demostrar la veracidad de los hechos.

 Cuando se inició la expansión del tahuantinsuyo, las tribus del Altiplano habían formado pequeños reinos que mantenían enconadas luchas entre ellos, demostrando un espíritu bravío que se mantuvo aún después de haber sido sometidos al gobierno del Imperio de los Incas.

 Fue Lloque Yupanqui, quien extendió por primera vez el dominio imperial, al que se le atribuyo la construcción de la fortaleza de pucará, con una arquitectura monumental, escultura y cerámica valiosa. Allí culminó toda la etapa previa de domesticación de plantas y animales alto andinos. Luego, se forjó la civilización de tiahuanaco, que posteriormente Mayta Cápac continúo su campaña llegando hasta dicho lugar.

 Al dividirse el Imperio de los Incas en cuatro suyos, el Altiplano formó el Collasuyo, región que mantuvo en constante atención a los Incas, por el carácter rebelde y levantisco de sus habitantes. Los incas vieron siempre su conveniencia de mantener allí la eficacia de la administración imperial, por la gran riqueza minera de la región, sus criadores de llamas y otros auquénidos de donde procedía la mayor producción de lana para las necesidades de vestimenta de sus pobladores.

 En la Época de la Conquista, con la llegada de los españoles, el encuentro de la potencialidad económica de esta parte del altiplano fue enorme y ello explica, que el poder que tenían los curacas de las tribus más importantes, reaccionaron descontentos al enterarse de la destrucción del poder imperial.

 En Cusco, los españoles entre ellos Francisco Pizarro, se enteraron de la existencia de la riqueza minera y muchos de los bienes que poseían los curacas de esta parte altiplánica; cuyos pueblos después, conocieron pronto la codicia de los invasores y sufrieron los estragos de la búsqueda de tesoros.
 
Referencia: (2012, 12). Cultura Puneña. BuenasTareas.com. Recuperado 12, 2012, de http://www.buenastareas.com/ensayos/Cultura-Pune%C3%B1a/6716676.HTML
 
 

 

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